El serosorting y otras estrategias de prevención
Los tres bloques más clásicos en la prevención del VIH (abstinencia, monogamia y uso de condones) no funcionan para muchas de las poblaciones vulnerables porque son incompatibles con sus estilos de vida o no pueden llevarse a cabo.
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La abstinencia: o el retraso de la edad de inicio de las relaciones sexuales, es una opción personal que pocas personas mantienen a lo largo de la vida.
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La monogamia: puede ser irrelevante para poblaciones como las trabajadoras del sexo, o puede ser ineficaz si la pareja no cumple con el acuerdo de fidelidad mutua.
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Los preservativos: no siempre están disponibles, una o ambas partes pueden no querer usarlo y para la mayoría, un uso constante al 100% es difícil de mantener en el tiempo.
Por ello, muchas personas emplean distintas estrategias de reducción de riesgos, en muchos casos de manera combinada, cuyos tres bloques principales son:
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Serosorting
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Seguridad negociada
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Limitar el sexo desprotegido con personas con VIH sólo a aquellas parejas bajo tratamiento que tienen una carga viral indetectable.
Estas formas de reducir el riesgo de transmisión toman en consideración tanto el propio estado serológico como el de las parejas sexuales, y se requieren dos condiciones para su eficacia:
- Realizarse la prueba de manera frecuente para conocer de forma fiable el estado serológico.
- Desvelar el estado serológico y hablarlo con las parejas sexuales.
El alcance del empleo de estos métodos, y si han contribuido a reducir nuevas transmisiones, a aumentarlas o no tienen efecto está poco claro. El valor de estas estrategias puede cuestionarse por una serie de razones entre las que se incluyen:
- No protegen de otras infecciones de transmisión sexual (ITS), mientras que el preservativo sí, por lo que, de hecho, el riesgo de transmisión podría aumentar en vez de disminuir. Y, en cualquier caso, las ITS contribuyen al empeoramiento de la salud sexual.
- Es muy posible que se tomen las decisiones a partir de información no exacta o asumir el estado serológico de las parejas.
- El serosorting se basa en la revelación del estado serológico, algo que a muchas personas con VIH le cuesta hacer sobre todo con parejas ocasionales.
- Contribuyen a diluir el mensaje del uso del preservativo y proporcionar una manera de racionalizar el comportamiento de riesgo.
La eficacia limitada de estas prácticas tan extendidas en un contexto en el que el barebacking, o práctica de sexo sin protección, se encuentra tan erotizado, plantean el dilema sobre si a) concentrar el mensaje de prevención en el riesgo considerable de transmisión de VIH que tienen, y particularmente del riesgo de empeoramiento de la salud sexual y desaconsejarlas, o b) puesto que es difícil persuadir a quienes las emplean de emplear el preservativo de forma eficaz y constante, quizá sería mejor centrar mensajes preventivos en conocer el estado serológico y desvelarlo a las parejas sexuales para que estas estrategias sean eficaces. En el último caso, sería muy necesario abordar también el alcance del estigma asociado al VIH y la discriminación a las personas infectadas.
También se la conoce como selección serológica o serodiscriminación.
Consiste en limitar las relaciones sexuales o las relaciones sexuales sin protección a personas del mismo estado serológico.
En el caso de las personas sin VIH, la desventaja es que sólo se puede tener la seguridad de no tener VIH en la primera exposición al VIH después de la última prueba negativa, pero en muchas poblaciones vulnerables muchas personas infectadas asumen que no lo están.
Muchas personas sin VIH emplean esta estrategia que implica la realización de la prueba y el abandono del preservativo con una pareja estable que tampoco está infectada por el VIH. En general, esta medida implica también la adopción de otras medidas como la monogamia estricta y la limitación de las relaciones desprotegidas únicamente con la pareja estable.
Hay evidencias de que muchas personas con VIH emplean el serosorting y de que quienes no están infectados utilizan ambas, aunque su contribución a la reducción de la incidencia del VIH no esta tan clara, y existen importantes limitaciones metodológicas y éticas para realizar esta estimación.
En muchas encuestas que han buscado estudiarlo entre hombres gais y bisexuales, se pregunta a los encuestados sobre su percepción del estado serológico de sus parejas, lo que suele ser bastante inexacto y basado en suposiciones, sin que corresponda necesariamente con el estado serológico real de dichas parejas.
Esta práctica, extendida entre los hombres gais y bisexuales, implica que es quien tiene VIH el que asume el rol receptivo en la penetración anal, ya que la persona que asume el rol insertivo tiene menos riesgo de infectarse por el VIH. Hay algunas evidencias del efecto positivo que tiene esta estrategia, sobre todo en combinación con el serosorting.
Eyacular fuera es una extendida técnica de último recurso en la prevención de embarazos no deseados y que tiene una eficacia limitada.
En el caso de la prevención del VIH, no permitir la eyaculación en el interior de la vagina, el recto o la boca es una medida de reducción de riesgo menos eficaz que el serosorting o el posicionamiento estratégico, aunque un metanálisis mostró que podía contribuir a reducir el riesgo si se empleaba de forma conjunta con otras medidas.