Chemsex
El chemsex (término formado a partir de los términos “chemical” y “sex”) se refiere a un patrón de relaciones sexuales, generalmente entre hombres, que se pueden prolongar muchas horas, e incluso varios días. En estos encuentros que se conocen como sesiones, las relaciones sexuales se mantienen bajo la influencia de distintas drogas, algunas ya empleadas desde hace años y otras de aparición más reciente. Cuando se consumen algunas de estas sustancias por vía inyectada hablamos de slamming.
Aunque el fenómeno se viene observando desde hace años en muchas capitales europeas, algunos elementos como la popularización de las aplicaciones de geolocalización han contribuido a su extensión, facilitando la organización de sesiones, tanto en domicilios privados como en bares de sexo.
El hecho de que se produzcan este tipo de prácticas en estos entornos cerrados durante un periodo de tiempo prolongado que se puede extender a varios días, conlleva un riesgo en elevado al producirse una desinhibición en un ambiente sexual relajado tras el consumo de sustancias, el cual favorece la transmisión de enfermedades de transmisión sexual, como pueden ser la Hepatitis C, una de las más frecuentes, o incluso el contagio de VIH a personas que no estaban infectadas. Además del impacto que puede tener en la salud sexual al incrementarse el riesgo de adquisición de infecciones de transmisión sexual (ITS), el uso frecuente de este tipo de sustancias para mantener relaciones sexuales puede conllevar la pérdida de interés en las relaciones en las que no está presente el consumo de sustancias. Por otro lado, hay que sumar los riesgos propios del consumo de estas sustancias, tanto en la salud, incluyendo la adicción y la sobredosis, como en su vida social.
Al tratarse de un fenómeno relativamente nuevo, muchas de las estrategias de reducción de riesgo no han sido convenientemente testadas, y no existen en general recursos de derivación adecuados a la atención a las personas que presentan este patrón de consumo. Algunos mensajes que pueden emplearse son:
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Informarse sobre las sustancias consumidas y sus posibles efectos.
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Ponerse una hora límite para dejar la sesión.
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Espaciar en el tiempo las sesiones de Chemsex.
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No compartir el material empleado para inyectarte sustancias.
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Mantenerse siempre hidratado si se consumen sustancias durante las sesiones.
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Asegurarse de llevar la cantidad suficiente de fármacos antirretrovirales, si el usuario tiene VIH y está en tratamiento, en caso de que se alargue la sesión.
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Durante la sesión, intentar pensar bien en cuáles son los límites de consumo y respecto al riesgo que se quiere asumir y controlar lo que se ha ido tomando.
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Asegurarse de ir con la actitud adecuada. En caso de encontrarse bajo de ánimo, es mejor pensar en alguna alternativa para sentirse mejor que implique menos riesgo de perder el control.
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Si se acude a una sesión con amigos, comprobar de vez en cuando si todo va bien para los otros.
Además de reforzar los mensajes de prevención clásicos:
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Llevar consigo preservativos y lubricantes para protegerse de las ITS.
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Si has tenido alguna práctica sexual con riesgo para contraer el VIH, acude cuanto antes a solicitar la profilaxis post-exposición (PPE).
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Hazte la prueba del VIH y pruebas de otras ITS de manera regular.